Pueden clasificarse de la siguiente forma:
AMARGAS: Utilizadas para estimular el apetito y estimular el aparato digestivo.
ANTIASMÁTICAS: Usadas para aliviar los síntomas del asma, sobre todo en períodos de crisis.
ANTIDIABÉTICAS: Regula la producción de insulina del páncreas.
ANTIDIAFORÉTICAS: Inhiben la sudorización excesiva.
ANTIESCLERÓTICAS: Ayudan en la mejora de la arterioesclerosis, reduciendo los
niveles de colesterol en sangre.
ANTIFLOGÍSTICAS: En heridas abiertas, en contusiones y desgarros musculares ayudan a la regeneración celular, produciendo al mismo tiempo un efecto antiinflamatorio.
ANTIHELMÍNTICAS: Elimina las lombrices intestinales.
ANTIPERISTÁLTICAS: Reducen el peristaltismo intestinal.
ANTITUSÍGENAS: Calman la tos al mismo tiempo que favorecen la expectoración o eliminación de mucosas.
ASTRINGENTES: Usadas como antiinflamatorio de las vías respiratorias, consiguiendo una reducción en la aparición de las mucosas facilitando al mismo tiempo la eliminación de las existentes.
AROMÁTICAS: Producen efectos anti-infecciosos además de usarse para aromatizar algunas comidas.
CALMANTES: Influyen sobre el sistema nervioso central produciendo un efecto relajante.
CARDIOTÓNICAS: Aceleran el ritmo cardiaco, por lo que hay que tener especial cuidado con la utilización de plantas con estas propiedades, siempre bajo la supervisión del médico especialista.
CARMINATIVAS: Relajan el sistema de eliminación de desechos influenciando directamente a los intestinos, favoreciendo la eliminación de gases.
COLAGOGAS: Ayudan en la producción de bilis en el hígado y a evacuarlas de la vesícula biliar, produciendo al mismo tiempo un efecto anti-inflamatorio y anti-infeccioso.
DIURÉTICAS: Muy importantes para el aparato urinario, pues facilitan la eliminación de la orina, así como los cálculos renales. No obstante, los pacientes con cardiopatías deben consultar con su especialista antes de comenzar a tomarlas.
EXPECTORANTES: Ayudan a la expectoración (eliminación de mucosas de la laringe o secreciones bronquiales) debido a al mucílago que contienen (con gran contenido en agua).
GINECOLÓGICAS: Disminuyen los dolores menstruales. Nunca deben usarse sin control médico.
HIPOTENSIVAS: En hipertensiones recientes ayudan a reducirla. Cuando son hipertensiones crónicas se debe recurrir a medicamentos alopáticos o tradicionales.
LAXANTES: Facilitan la evacuación intestinal, luchando contra el estreñimiento.
SUDORÍFICAS: Favorecen la transpiración con la consiguiente eliminación de toxinas.
VENENOSAS: Este tipo de plantas se utilizan con mucha frecuencia en la fabricación de medicamentos, pero a dosis muy bajas, por lo que su utilización siempre ha de realizarse bajo prescripción médica. Si por accidente se ingirieran estas plantas habría que realizar un lavado de estómago urgente.
AMARGAS: Utilizadas para estimular el apetito y estimular el aparato digestivo.
ANTIASMÁTICAS: Usadas para aliviar los síntomas del asma, sobre todo en períodos de crisis.
ANTIDIABÉTICAS: Regula la producción de insulina del páncreas.
ANTIDIAFORÉTICAS: Inhiben la sudorización excesiva.
ANTIESCLERÓTICAS: Ayudan en la mejora de la arterioesclerosis, reduciendo los
niveles de colesterol en sangre.
ANTIFLOGÍSTICAS: En heridas abiertas, en contusiones y desgarros musculares ayudan a la regeneración celular, produciendo al mismo tiempo un efecto antiinflamatorio.
ANTIHELMÍNTICAS: Elimina las lombrices intestinales.
ANTIPERISTÁLTICAS: Reducen el peristaltismo intestinal.
ANTITUSÍGENAS: Calman la tos al mismo tiempo que favorecen la expectoración o eliminación de mucosas.
ASTRINGENTES: Usadas como antiinflamatorio de las vías respiratorias, consiguiendo una reducción en la aparición de las mucosas facilitando al mismo tiempo la eliminación de las existentes.
AROMÁTICAS: Producen efectos anti-infecciosos además de usarse para aromatizar algunas comidas.
CALMANTES: Influyen sobre el sistema nervioso central produciendo un efecto relajante.
CARDIOTÓNICAS: Aceleran el ritmo cardiaco, por lo que hay que tener especial cuidado con la utilización de plantas con estas propiedades, siempre bajo la supervisión del médico especialista.
CARMINATIVAS: Relajan el sistema de eliminación de desechos influenciando directamente a los intestinos, favoreciendo la eliminación de gases.
COLAGOGAS: Ayudan en la producción de bilis en el hígado y a evacuarlas de la vesícula biliar, produciendo al mismo tiempo un efecto anti-inflamatorio y anti-infeccioso.
DIURÉTICAS: Muy importantes para el aparato urinario, pues facilitan la eliminación de la orina, así como los cálculos renales. No obstante, los pacientes con cardiopatías deben consultar con su especialista antes de comenzar a tomarlas.
EXPECTORANTES: Ayudan a la expectoración (eliminación de mucosas de la laringe o secreciones bronquiales) debido a al mucílago que contienen (con gran contenido en agua).
GINECOLÓGICAS: Disminuyen los dolores menstruales. Nunca deben usarse sin control médico.
HIPOTENSIVAS: En hipertensiones recientes ayudan a reducirla. Cuando son hipertensiones crónicas se debe recurrir a medicamentos alopáticos o tradicionales.
LAXANTES: Facilitan la evacuación intestinal, luchando contra el estreñimiento.
SUDORÍFICAS: Favorecen la transpiración con la consiguiente eliminación de toxinas.
VENENOSAS: Este tipo de plantas se utilizan con mucha frecuencia en la fabricación de medicamentos, pero a dosis muy bajas, por lo que su utilización siempre ha de realizarse bajo prescripción médica. Si por accidente se ingirieran estas plantas habría que realizar un lavado de estómago urgente.