Sustancias activas de las plantas


Sustancias Activas de las plantas

Se estudian mediante la química botánica. Existen dos tipos de sustancias, aquellas que se encuentran directamente en las plantas y que son necesarias para su subsistencia (metabolismo primario - en estado puro), y aquellas otras no necesarias para ellas (metabolismo secundario - es preciso manipularlas químicamente). En ambos casos poseen propiedades terapéuticas esenciales en fitoterapia. Se detectan hoy en día mediante observación microscópica y por manipulación química como la sublimación, cristalización, cromatografía, ...

De esta forma conocemos los distintos tipos de sustancias activas que tanto beneficios pueden reportarnos:

Aceites escenciales:

Tienen olor y tacto oleoso y se obtienen por destilación previa trituración de
plantas frescas. Se hallan en la totalidad de las partes de las plantas: hojas, flores, tallos, ramas y raíces. Su concentración se ve favorecida con climas cálidos y soleados. Químicamente, su principal componente es el terpeno, aunque también lleva asociados otros como alcoholes, ésteres, aldehídos, salicilatos, atenol, ... En medicina y fitoterapia se usan por sus propiedades desinfectantes, bactericidas, expectorantes, estomacales, carminativas, colagogas. En perfumería se utilizan por su aroma. Plantas ricas en aceites esenciales son: anís, hinojo, alcaravea, tomillo, mejorana, salvia, orégano, romero, espliego, menta.

Aceites Grasos:

Son aceites de gran consistencia e insolubles en agua. Se obtienen por trituración y presión, obteniendo por ejemplo el aceite de oliva de la aceituna. Este tipo de aceites en contacto con el aire se comportan de forma muy distinta, diferenciando los secantes que se endurecen a modo de resina (linaza, girasol, adormidera, ricino); y los no secantes (olivas, cacahuetes, chufas, maíz, semillas de algodón, almendras). En alimentación se usan los aceites de oliva y girasol. En fitoterapia se usa el de ricino (como laxante), cacahuetes, chufas, almendras. Industrialmente se usan los aceites secantes parra la elaboración de resinas para pinturas y barnices. También el aceite de almendras es muy utilizado para la realización de masajes y para hidratar la piel.


Alcaloides:

Son compuestos nitrogenados de origen vegetal. Pueden ser sólidos, solubles en alcohol o insolubles en el agua. Se extraen mediante el agua, alcohol, con álcalis y con disolventes. Son el resultado del metabolismo de los aminoácidos. Su función es reguladora y protege a la planta contra los insectos y parásitos. En medicina, farmacología y fitoterapia se emplean en estado puro o por quimiosíntesis como drogas vegetales (quinina, morfina). También para infusiones se utiliza su cafeína (café, té) y en bebidas refrescantes (colas). Existen innumerables plantas que contienen alcaloides: opio, cafeto, te, cornezuelo del centeno, ruda, cicuta, belladona, eléboro.

Fitohormonas:

Son sustancias que se producen por sintetización celular individualizada y que posteriormente se distribuye al resto de la planta (auxinas, giberelinas, citoquinins, ácido abscísico, etileno). Influyen sobre su crecimiento, el desarrollo del fruto, sobre la caída de las hojas y sobre el desarrollo de la raíz. También en el proceso de maduración y en actuar como defensa ante plagas en épocas de bajas temperaturas. Hoy son muy empleadas en horticultura. Se hallan entre otras en la avena, la zanahoria, el anís y la salvia. Utilizadas en cosmética como geles de baño e hidratantes para la piel.

Glucoquininas:

Se las considera como la insulina vegetal, dada su acción sobre el índice de azúcar en sangre (glucemia). Su utilización como antidiabético es muy conocida. Plantas que contienen esta interesante sustancia vegetal son las judías verdes sin semilla y las hojas de arándano.

Glucosidos:

Son sustancias derivadas de la glucosa, que se obtienen por el metabolismo de la misma, dando lugar a una parte activa en forma de aglucón (esta posee efectos terapéuticos). Se extraen de las plantas mediante quimiosíntesis. Se usan en fitoterapia y medicina como laxantes (ruibarbo, cambronera), reguladoras del ritmo cardíaco (digital, lirio de los valles, eléboro), aromáticas (sauce, arándano, brezo).
Mucilagos:

Se componen en su mayor parte de polisacáridos (pentosanas y hexosanas), fermentos, productos de oxidación y elementos minerales. Al mezclarse con el agua da como resultado una sustancia viscosa de aspecto gelatinosa. Debido a esta propiedad las plantas las utilizan para depositar en ellas el agua a modo de almacén. En fitoterapia se emplean a modo de infusiones para resolver problemas del aparato respiratorio y como cataplasmas para aliviar los dolores producidos por traumatismos. Se encuentran en gran proporción en algas, algunos bulbos, tubérculos, plantas carnosas; así como en las hojas de malva y tusílago, y semillas de lino y alhoevera. Dentro de los mucílagos se distinguen también las pectinas que se hallan en frutas y verduras.

 

Sustancias Aromáticas

Presentes principalmente en las plantas de las familias de las labiadas, umbelíferas y compuestas. Normalmente se presentan en combinación con otras sustancias como los glucósidos. Son sustancias aromáticas la cumarina, acetogenina, rutina y esculina. En farmacología se usan para incrementar la fuerza de los vasos sanguíneos (corteza del castaño de indias para luchar contra las varices o las hemorroides), contra la hepatitis, para calmar el dolor (cáñamo). Se usan en la elaboración de cremas para la protección solar. Plantas con sustancias aromáticas son también la angélica, el espino albar, el saúco negro, el tilo y la siempreviva.

Taninos:

Son cada uno de los compuestos ternarios del Carbono, Hidrógeno y Oxígeno. Suelen aparecer en la familia de las fanerógamas (robles, encinas) y en algunas criptógamas. Industrialmente se usan para dar al cuero un aspecto más curtido. Son solubles en agua, acetona y alcohol. Tienen la propiedad de coagular las albúminas, los alcaloides y algunos metales. También se utiliza para aclarar el vino tinto. En medicina natural se emplean para combatir la tos, la bronquitis, las quemaduras, sabañones, heridas (coagulante), hemorroides, diarreas, excesiva sudoración. Algunos autores atribuyen un efecto que contrarresta el envenenamiento con alcaloides de origen vegetal. Muchas plantas poseen taninos, además de las enunciadas anteriormente, como son el nogal, el frambueso, el aliso común, la pimpinela, y otros.


Via| U.Alternativa

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